Sanidad:Entre la resignación y el entusiamo
Escribimos estas palabras con cierta resignación pero con un fondo de entusiasmo.
Sentimos cierta resignación por estar presenciando el derrumbe del sistema público de salud; que prestaba atención sanitaria integral sin distinciones de género, grupo humano, credo, adscripción política, ingresos económicos, ni ningún otro condicionante.
Y más aún cuando el derecho a vivir, a estar sano, a bien morir, ya es algo como la carta de derechos humanos de la ONU: retórica.
Y sobre todo sentimos resignación cuando caemos en que fuimos/somos nosotros (tú que me lees, nosotros que escribimos, y muchos más que leen y escriben sólo lo que les interesa) quienes tiramos por la borda esa preciosa realidad en aras del beneficio económico.
Pero como hemos dicho, también escribimos estas palabras con entusiasmo: el de sentir que es posible, de que lo que vivimos es una sinrazón y de que, juntos, podemos rehacer y asegurar a nuestros amigos, sobrinos, nietos o hijos, lo más bello que hayamos conocido. Bienestar para vivir y bienestar para morir; humanidad, dignidad: sanidad