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Ángel Dorado

Hace escasas fechas, el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en una entrevista en Antena 3 fue preguntado si, de ser necesario, pactaría con Podemos para desbancar al PP de las instituciones. La respuesta: “los socialistas no pactaremos con el populismo”, es decir, con la emergente organización Podemos, aunque no se atrevió a referirse a ella expresamente

Desde la irrupción de Podemos en el panorama político y social, la palabra “populismo” se ha puesto de moda, puesto que se pronuncia de manera cansina, despectiva y con animadversión por aquellos a quienes les molesta o preocupa dicha irrupción, además de confundir sus prejuicios y sus miedos con la realidad en lugar de alegrarse de que una fuerza transversal y democrática basada en una ideología de izquierdas haya hecho acto de presencia.

Ante la declaración del señor Sánchez, me atrevo a sugerirle la búsqueda de otros asesores teniendo en cuenta su torpeza política al cerrar precipitada e innecesariamente la puerta a posibles pactos postelectorales con Podemos, no sé si con otras fuerzas de izquierdas, para desbancar a los conservadores del mayor número de ayuntamientos y gobiernos regionales, salvo que tanto él como su partido estén cegados por la altivez y ello les lleve a pensar que arrollarán en las próximas citas electorales, lo cual, en la actualidad, está cargado de incertidumbres.

Dentro del PSOE, refiriéndonos a Podemos, hay personas que se sitúan en el lado opuesto del señor Sánchez, tales como José Antonio Pérez Tapias, quien fuera uno de los dos derrotados en las primarias para acceder al puesto de secretario general del partido, y Juan Cornejo, número dos del poderoso PSOE andaluz.

Está claro, la irrupción de Podemos ha puesto muy nerviosa a la derecha política y mediática, así como a muchos dirigentes del PSOE, y solo porque ha puesto sobre la mesa con toda crudeza la difícil y preocupante realidad de las condiciones de vida para la mayoría de los ciudadanos. Más nervios les entra cuando conocen algunas de las propuestas de Podemos, es decir, el malvado populismo, para acabar con los abusos, con la corrupción que ha podrido algunos pilares del Estado, con los privilegios, con el clientelismo y con el rumbo neoliberal impuesto por la Troika. En definitiva, muchos ciudadanos vemos en los actuales políticos, pido disculpas por generalizar, el problema y no la solución.

Tengo el pálpito de que aunque fracase el proyecto de Podemos habrá sido uno de los más hermosos intentos de liberarnos de tanto yugo y de tanto escarnio.

 

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