Nuestra Universidad
Por las últimas noticias educativas, sabemos que este año el presupuesto para la UCLM será muy reducido, por lo tanto, nuestra universidad de Castilla-La Mancha pasará la temporada como un animal herido de muerte. No es nada novedoso, porque se trata de estrangular todo lo referente a servicios públicos, como ya ha ocurrido en la enseñanza secundaria y primaria, y en otros sectores como el sanitario. Es curioso que gran parte de las partidas presupuestarias de la región vayan destinadas a un cementerio, el cementerio nuclear de Villar de Cañas. Esto nos hace pensar que en esta tierra no se siembran semillas de futuro, pero sí se prefiere que sea un estercolero de todo lo inservible, en definitiva, que esto sea un terreno baldío, un páramo para mínimas actividades agrícolas y algunas recreativas, lúdicas como la caza.
Nuestra universidad es una de las realidades y motores más importantes, que precisamente ha hecho región, ha unificado el territorio, y ha conseguido que nuestros jóvenes no tuvieran que emigrar ni arrastraran ese complejo de inferioridad, por no tener posibilidades de formación. Pero son aquellos nostálgicos de otras épocas, los que sostienen que no se puede tener “una universidad en cada pueblo”, sin tener en cuenta que los campus universitarios manchegos han propiciado en algunas ciudades más movimiento económico que un polígono industrial. Pero además, utilizando la jerga futbolística, por primera vez hemos podido “tirar de la cantera” para encontrar enfermeros, ingenieros, profesores. Sin embargo, al mismo tiempo que se recorta en universidad pública aparece, como los tentáculos de un pulpo, la publicidad de las universidades privadas, que quieren pescar en el río revuelto de los recortes de la educación pública.
José Luis Real