A los concejales del PP se les heló el corazón
Ángel Dorado
Sí, a los concejales toledanos del PP el pasado 15 de mayo se les heló el corazón cuando con altanería abandonaron el salón de Plenos justo en el momento en que María Luisa Gómez, portavoz de los padres de niños enfermos de cáncer, tomaba la palabra para, con arreglo al Reglamento de Participación Ciudadana, solicitar apoyo a su Ayuntamiento en sus peticiones a la administración regional de que dote al hospital “Virgen de la Salud” con más oncólogos, además de otras mejoras para satisfacer el digno tratamiento de la enfermedad de sus hijos.
Un representante de los ciudadanos, nunca, repito, nunca, debe abandonar los distintos foros donde se asienta la teórica soberanía popular. Hay que quedarse en ellos para dar la batalla política aunque caigan chuzos de punta, lo que con indignación y tristeza ha visto que no han hecho los concejales del PP del Ayuntamiento capitalino, excepto la concejala Ana Isabel Bejarano, a quien no tengo el gusto de conocer, pero a la que desde aquí le trasmito mis máximos respetos por su solidaridad con los niños enfermos y sus apenadas pero dignas y luchadoras familias. Pudo más su conciencia que la férrea disciplina partidaria. ¡Ojalá cundiera por miles este ejemplo!
Si ya fue indigno y vergonzoso el abandono plenario, más lo han sido las explicaciones dadas por el Grupo Popular al manifestar que lo hicieron para “no ser cómplices de la utilización política del dolor tan terrible que están sufriendo los padres con niños con cáncer”, amén de otras necedades. O sea, al PSOE le dan la bofetada en la cara de esos niños y sus padres.
En esta bochornosa “espantá” pepera también subyace la defensa sumisa al Gobierno regional para evitarle cualquier atisbo de crítica, teniendo en cuenta que nos encontramos en una región donde se nos quiere convencer de que todos vivimos felices y contentos. ¡Pues no!
Sepan los concejales del PP que huyeron del Pleno que ya no me representan y así seguirá siendo hasta que se disculpen ante los padres y reconozcan su tremendo error. Y menos me representa el concejal, presidente de la Diputación y diputado nacional Arturo García-Tizón (el primero en abandonar el salón) por su terrible frase que aparece en los medios de comunicación: “No me interesa esto. No me importa”, al tiempo que rechazaba un escrito que un padre intentó darle. ¡Vótenle, vótenlos!
