El cierre de tres espacios municipales aboca al barrio a un apagón cultural

Con el cierre de la Sala Thalía desde octubre nuestro barrio sigue sin un salón de actos y nos tememos que esto sea para largo. El barrio más habitado de la ciudad y sin ningún lugar donde realizar eventos culturales como:

Representaciones teatrales, actuaciones de magia, las tres rondallas con las que contamos y no pueden actuar, e incluso, se realiza en dichas instalaciones el Cineclub que ha sido trasladado a la Escuela de Hostelería.

Esa externalización nos cuesta un “riñón” a los contribuyentes toledanos. Tampoco se entiende mucho que una instalación que nació gracias a los fondos del PLAN URBAN haya terminado siendo gestionada por una organización privada de índole religiosa que, incluso, la ha cambiado el nombre. Son fenómenos sorprendentes que ocurren en esta ciudad aconfesional que no laica. Misterios sin resolver que diríamos.

Hace muchos años que se cerró el salón de actos de la biblioteca. Estuvo, de hecho, cerrado el edificio que la alberga durante varios años, pues se han modernizado sus instalaciones y arreglado algunas de sus deficiencias. Al finalizar las obras, comprobamos tristemente y, bastante molestos, que el corazón de nuestra biblioteca, el salón de actos, no se había rehabilitado. Se nos dijo que no reunía las medidas de seguridad necesarias para realizar cualquier actividad. Allí está cerrado, oscuro y sin actividad alguna. Pedimos explicaciones y nos dijeron que no hay dinero para todo.

Estábamos esperanzados con la entrada del nuevo ejecutivo y su respuesta ha sido la misma.

Nos tememos que su cierre sea sine die.

Otra de las instalaciones del barrio, la Casa de la Cultura, con el pretexto de realizar unas obras de acondicionamiento para la instalación de una sede para la policía local, se cerró temporalmente y así sigue después de casi un año, a pesar de que está más que solicitada por muchas entidades diferentes y cuando se ha solicitado no ha estado disponible. Ya sabemos que nació pequeña, de ahí su nombre popular de la Casa de Blancanieves.

En octubre del año pasado, se nos anunciaba por voz del concejal de Participación que por peligro de desprendimiento de alguna placa del techo se cerraba temporalmente la sala Thalía.

La asociación de vecinos El Tajo viene denunciando su situación y deterioro desde hace más de ocho años. En algún momento, dio aviso de la caída de partes del techo. Por tanto, la necesidad de reforma es necesaria. Ahí coincidimos. En un primer momento, se nos dijo que se examinaría y se arreglaría con remanentes del consistorio. Y ahora se nos plantea que tiene ser una reforma estructural de toda la sala y partes del edificio.

Ese es el problema que venimos denunciando: el nulo mantenimiento de las infraestructuras nos lleva a estas desagradables situaciones. Por eso, nos han saltado las alarmas y la angustia al pensar que esto puede alargarse tanto como la duración de la legislatura y continuar sin un lugar donde celebrarla cultura. ¡Por ello, exigimos al Ayuntamiento la máxima celeridad en la solución!

Editorial


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